Escherichia coli (E. coli) es una de las bacterias más comunes que causa infecciones de vías urinarias (IVU). La E. coli normalmente vive en el tracto gastrointestinal, pero cuando ingresa al tracto urinario, puede causar una infección.
La E. coli puede acceder al tracto urinario por varias vías. Una de las formas más comunes es a través de la uretra, la cual es el conducto que conecta la vejiga con el exterior del cuerpo. En las mujeres, la uretra es más corta que en los hombres, lo que facilita el acceso de las bacterias a la vejiga y al tracto urinario superior.
Otras formas de
acceso incluyen la contaminación de la orina por bacterias en la piel o en la
ropa, o la propagación de bacterias desde otros sitios de infección en el
cuerpo.
Una vez que la E. coli ha ingresado al tracto urinario, puede adherirse a las células que recubren el tracto urinario y multiplicarse rápidamente. La E. coli tiene un conjunto de factores de virulencia que le permiten adherirse a las células del tracto urinario, evadir el sistema inmunológico y formar biofilms (comunidades de microorganismos que crecen embebidos en una matriz de exopolisacáridos y adheridos a una superficie inerte o un tejido vivo) lo que dificulta su eliminación por parte de los antibióticos y el sistema inmunológico del huésped.
La multiplicación de E. coli en el tracto
urinario produce una inflamación en la mucosa que recubre las vías urinarias.
La inflamación causa irritación y dolor, y puede conducir a síntomas como dolor
al orinar, necesidad frecuente de orinar y dolor en la parte baja del abdomen o
la espalda. Si la infección no se trata adecuadamente, puede propagarse a los
riñones y causar una infección renal.
En resumen, la E. coli causa infecciones de vías urinarias al ingresar al tracto urinario y adherirse a las células que lo recubren.
La multiplicación de la E. coli causa una inflamación en el tracto
urinario, lo que produce síntomas y puede conducir a complicaciones graves si
no se trata adecuadamente. La identificación y el tratamiento adecuados son
importantes para prevenir la propagación de la infección y las complicaciones
asociadas.
Tratamientos opcionales.
Las quinolonas se unen a la subunidad A de
la DNA girasa, lo que inhibe la relajación del ADN y provoca la acumulación de
superenrollamientos positivos en la molécula de ADN, lo que a su vez conduce a
la interrupción de la replicación y la transcripción del ADN bacteriano.
Además, algunos tipos de quinolonas también
pueden inhibir la topoisomerasa IV, otra enzima responsable de la relajación
del ADN durante la replicación celular.
En resumen, las quinolonas actúan inhibiendo la actividad de la DNA girasa y, en algunos casos, de la topoisomerasa IV, lo que interrumpe la replicación y la transcripción del ADN bacteriano, lo que finalmente conduce a la muerte celular.
El ADN girasa es una enzima esencial para el proceso de replicación del ADN bacteriano, que es necesario para la supervivencia y crecimiento de la bacteria.
Al inhibir esta enzima, el ácido nalidíxico impide que las bacterias puedan sintetizar y replicar su ADN, lo que finalmente conduce a la muerte de las células bacterianas y la eliminación de la infección. El ácido nalidíxico se concentra en la orina y se elimina principalmente por los riñones, lo que lo convierte en una opción efectiva para el tratamiento de infecciones urinarias. Sin embargo, su uso debe ser prudente y bajo prescripción médica, ya que puede haber efectos secundarios y resistencia bacteriana al medicamento.
El ciprofloxacino es particularmente efectivo contra bacterias gramnegativas, incluyendo Escherichia coli, que es una causa común de infecciones urinarias. Además, el ciprofloxacino es muy bien absorbido por el tracto urinario, lo que permite que altas concentraciones del antibiótico alcancen el sitio de la infección y combatan eficazmente las bacterias causantes de la infección.
Al inhibir estas enzimas, la levofloxacina impide la replicación y la síntesis de ADN de la bacteria, lo que resulta en la muerte celular y la eliminación del microorganismo. Además, la levofloxacina también puede afectar la permeabilidad de la membrana celular bacteriana, lo que aumenta la susceptibilidad de la bacteria a la acción de otros agentes antimicrobianos y facilita la eliminación del microorganismo. En resumen, la levofloxacina actúa directamente sobre la bacteria para prevenir su multiplicación y eliminación, lo que la convierte en una opción eficaz para tratar infecciones urinarias causadas por microorganismos sensibles a esta clase de antibióticos.
En las vías urinarias, la moxifloxacina se utiliza para tratar infecciones causadas por bacterias sensibles a este antibiótico. Al administrarse por vía oral, la moxifloxacina se absorbe rápidamente en el intestino y alcanza altas concentraciones en la orina. De esta manera, es capaz de penetrar en los tejidos de las vías urinarias y combatir eficazmente las infecciones bacterianas en esta zona del cuerpo.
Las tetraciclinas son un grupo de antibióticos que actúan inhibiendo la síntesis de proteínas bacterianas. Esto se logra uniéndose a la subunidad ribosomal 30S de las bacterias, lo que interfiere con la unión del aminoacil-ARNt al complejo ribosoma-mRNA. De esta manera, las tetraciclinas previenen la síntesis de proteínas esenciales para el crecimiento y la reproducción bacteriana, lo que eventualmente lleva a la muerte de la célula bacteriana. Además, las tetraciclinas también tienen efectos antiinflamatorios y pueden reducir la producción de ciertas enzimas que degradan el colágeno.
Es importante tener en cuenta que las tetraciclinas no son efectivas contra todos los tipos de bacterias y que su uso excesivo o inadecuado puede contribuir al desarrollo de resistencia bacteriana. Por lo tanto, es importante seguir las indicaciones del médico y no utilizar este tipo de antibióticos de manera indiscriminada.
Se ha demostrado que la doxiciclina puede inhibir la producción de enzimas proteolíticas y otros mediadores inflamatorios en las células inmunitarias, lo que ayuda a reducir la inflamación en las infecciones bacterianas. La doxiciclina se utiliza comúnmente para tratar infecciones bacterianas del tracto respiratorio, infecciones de la piel, del tracto urinario, enfermedades de transmisión sexual, la enfermedad de Lyme, la fiebre Q y la malaria.
Resumen.
Las infecciones de las vías urinarias (IVU)
son una de las enfermedades más comunes en todo el mundo, especialmente en las
mujeres. La mayoría de las infecciones son causadas por bacterias que colonizan
la uretra y la vejiga. En esta revisión bibliográfica se presentan algunos de
los estudios más relevantes sobre las IVU.
- Epidemiología: En un estudio publicado en la revista "The Lancet Infectious Diseases", se estimó que más del 50% de las mujeres desarrollarán al menos una IVU en su vida. Además, se encontró que las IVU son más comunes en mujeres jóvenes y que hay una mayor incidencia en los países desarrollados.
- Factores de riesgo: En un estudio publicado en "American Family Physician", se identificaron varios factores de riesgo para desarrollar una IVU, como la edad, la actividad sexual, el uso de diafragmas y espermicidas, la menopausia y la diabetes.
- Diagnóstico: El diagnóstico de las IVU se basa en la presencia de síntomas como dolor al orinar, necesidad frecuente de orinar y dolor en el abdomen o la espalda baja. En un estudio publicado en "Journal of Clinical Microbiology", se encontró que la prueba de orina y el cultivo de orina son los métodos más efectivos para diagnosticar IVU.
- Tratamiento: Los antibióticos son el tratamiento de elección para las IVU. En un estudio publicado en "Clinical Infectious Diseases", se encontró que el tratamiento con ceftriaxona es más efectivo que la amoxicilina para el tratamiento de las IVU no complicadas.
- Prevención: La prevención de las IVU incluye medidas como el lavado regular de las manos, la micción después de las relaciones sexuales y el consumo de suficiente agua. En un estudio publicado en "Archives of Internal Medicine", se encontró que el consumo diario de arándanos puede reducir la incidencia de IVU en mujeres.
- Abundantes líquidos.
- Adecuada higiene.
- Modificación de factores de riesgo (en caso de existir)
- Examen General de Orina (EGO)
- Urocultivo en caso de ser recurrente.
Para estos dos últimos exámenes hay ciertas
consideraciones a tomar en cuenta al momento de la muestra por lo cual el
medico siempre deberá explicar el procedimiento adecuado.